Muchas de las mejores variedades hortícolas de nuestra tierra producen frutos de gran tamaño que, por nuestro modo de vida, no consumimos de inmediato y tememos que se estropeen una vez cortados. Ese tomate "corazón de toro" o esa berenjena lobulada, o aquel calabacín blanco de casi 1 kg...
El "mercado" ha puesto a producir a nuestra industria agroalimentaria frutos-ración para evitar este "inconveniente", claro que a costa de la pérdida de diversidad y de variedades locales.
Es muy sencillo: cortas el tomate y colocas la mitad que no comerás con el corte sobre un fondo de plato y lo cubres con un "film" conservante o una campana de vidrio, o el fondo de un tapper y lo cierras... y a la nevera... seguro que antes de que se quiera estropear ya te lo has comido. Y buen provecho.
Ah!... también está la posibilidad de envasar para el invierno... pero de eso hablaremos otro día.
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«Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, cultivaran pequeños huertos,… que alimentarán al mundo» Gustavo Duch Guillot.
miércoles, 29 de junio de 2011
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...sobre este programa de huertos
El Huerto, inserto en el proyecto El Jannat de Aula para la Sostenibilidad, nace con vocación didáctica y terapéutica, ofreciendo a sus integrantes la creación de su propio huerto en una parcela de alquiler a su medida, accediendo a la comprobación de los beneficios que la práctica hortícola les aporta para el cuerpo y la mente.
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